jueves, 4 de abril de 2013

La Neurociencia registra como la meditación puede controlar las emociones en cierto grado

El video que se presenta a continuación muestra inverstigaciones de la neurociencia para comprender, como nuestra parte espiritual es una herramienta potente para regular nuestro estrés.
Que lo disfruten.


jueves, 28 de marzo de 2013

El Poder del Pensamiento

Charla Neurociencia y Mente Emergente

Ensayo sobre el Libro Tiempo Fractal de Greag Braden

Autor : Carlos Rossi

año: 2012

Ensayo de enfoque multidisciplinario y abierto a relacionar conceptos de ciencia, epirituales, místicos

Introducción

La evolución en su sentido más amplio hace referencia al tiempo, que es la magnitud física con la que medimos la duración o separación de acontecimientos sujetos a cambio y de los sistemas sujetos a observación;  Por otro lado, también hace mención al espacio, donde se encuentran los objetos y en el que los eventos que ocurren tienen una posición y dirección relativas.
La dirección de los cambios pareciera desde el punto de vista humano ser siempre unidireccional, es decir, comienza  en el pasado, transita el presente y se dirige al futuro. Esta percepción (acción de recibir información, analizarla y darle sentido), en opinión del autor de este ensayo, se debe al envejecimiento irreversible de nuestro cuerpo físico (ya que hasta ahora la fuente de la juventud no se ha descubierto) y a la limitación cerebral de no poder evocar y por ende revivir dos recuerdos de manera simultánea,  aunque el procesamiento de la información que ingresa por los 5 sentidos se realiza en forma paralela en zonas especializadas del cerebro.
Podemos percibir la dirección como bidireccional en el momento que evocamos situaciones de nuestro pasado mientras vamos conduciendo nuestro automóvil por la carretera, lo cual nos puede generar las mismas sensaciones de aquel entonces, pareciendo actuales, mientras vamos conduciendo.
En resumen, percibimos la realidad de acuerdo a nuestra experiencia (la que  obtenemos a través de nuestros 5 sentidos,  almacenándola como conocimientos valiosos. Esto tiene 2 límitantes: escases y excesos de información) y a como nuestra psiquis lo decodifica y administra, entrando en juego en este proceso de comprender la realidad nuestra educación familiar, formal, creencias, principios, valores, etc.
Esta visión de la realidad puede verse distorsionada por factores que alteren la percepción humana, como ser estados alterados de consciencia.
Greeg Braden en su libro Tiempo Fractal, hace un análisis de las distintas percepciones de las culturas antiguas, sobre la repetición de eventos a lo largo de tiempos prolongados, a los cuales llamaron ciclos, mundos o eras.
Los ciclos temporales (recordar que un ciclo como expresión de una onda posee una faceta – hemiciclo - positiva, que por analogía podemos tomarla como una etapa buena de la evolución, y otra faceta – hemiciclo - negativa o mala) están presentes en muchas expresiones de la naturaleza que van desde  lo humano, pasando por lo terrestre y finalmente los que se expresan en el ámbito celestial.
La frecuencia de repetición de cada uno de estos ciclos tiene un amplio espectro que depende de la naturaleza del objetivo cambiante y de sus condiciones de contexto durante la transformación, es decir, es prácticamente imposible que se den dos condiciones exactamente iguales sin importar el ciclo, ni la naturaleza del mismo. Lo que sí es posible y probable que puedan configurarse situaciones similares, con lo cual, cada ser humano la decodificará de manera distinta y por ende, tendrá un significado emocional diferente que de acuerdo a su creencias, principios y valores, puede percibirlo como una situación de complejidad variable, donde podrá encontrar coincidencias (reales o no, dependerá de su psiquis).
En resumen, El peso psicológico del evento aportará a una consciencia colectiva que en promedio reflejará o ayudará a configurar el mosaico de la expectativa grupal de los humanos sobre una determinada situación.
Queda entonces planteada la pregunta a responder en este trabajo:
¿Qué ocurriría si los ciclos de los eventos humanos, terrestres y celestiales coincidieran en un punto del espacio-tiempo?
El presente trabajo está estructurado de la siguiente manera:
·         Comprensión de los distintos ciclos y posibles coincidencias por medio de la experiencia diaria del autor.
·         Revisión y análisis de los conceptos sobre ciclos de cada civilización.
·         Comprensión de eventos humanos, terrestres y celestiales a la luz de la ciencia y lo espiritual.
·         Análisis de la psicología humana con respecto a las expectativas del “ fin del mundo”.
·         Análisis de las consecuencias de la coincidencia de distintos ciclos en el mismo tiempo-espacio pero en distintas fases.
·         Conclusión sobre la posibilidad de la destrucción del mundo.

 Desarrollo
Cierto día, el autor se encontraba parado con su automóvil en un semáforo ubicado en una avenida muy transitada. Era de noche, estábamos todos los autos que íbamos a girar, con las luces direccionales activadas a la izquierda.
Mientras el autor miraba el tablero de comando de su automovil, en especial el indicador de las luces direccionales, observó que su intermitencia tenía una frecuencia determinada, la cual mentalmente empezó a comparar visualmente con la del auto que se encontraba delante y con la de otro a su costado. Las tres parpadeaban a distinto tiempo, frecuencias y fases. De pronto sucedió. Comenzaron a acercarse en sus tiempos y fases hasta coincidir en dos ciclos, lo cual hizo razonar al autor sobre lo siguiente: supóngase el lector que cada una de las luces direccionales de los tres autos representan los ciclos de cada uno de los tres eventos posibles de cambio, como propone Braden: humanos, terrestres y celestiales, ¿sería posible que pudieran coincidir en un punto?, y si fuera así ¿Qué ocurriría si lo hacen en épocas donde los tres ciclos están en su faceta más nociva, negativa?, ¿Sería factible el fin del mundo?.
Ha sido una intriga permanente para el hombre, tratar de saber si el mundo puede llegar a su fin, y de qué forma podría suceder, más en estas últimas décadas donde los cambios climáticos han dejado huellas permanentes de la erosión y desequilibrios causados en nuestro planeta que afectan su ecología.
Distintas civilizaciones a pesar de tener diferentes creencias,  parecían coincidir en algo: algo se repetía después de un período de tiempo. Este intervalo era variable de acuerdo a la naturaleza del objeto cambiante. A este período se lo llamó de diferentes formas de acuerdo a la cultura: ciclos o grandes ciclos, los mayas; yugas, los vedas; mundos, hopi y aztecas (Braden, Tiempo Fractal, pag. 56).
Para poder comprender la noción de ciclo, utilizaremos los conceptos físicos de la teoría ondulatoria de la luz, que sostiene básicamente que ésta se compone de ondas. Todo ciclo (que abarca 360º, de la rotación completa de un radio de una circunferencia) está conformado por un hemiciclo o semiciclo positivo y otro negativo). Se considera que el ciclo (para este ejemplo) comienza a repetirse a partir que la onda, en su hemiciclo negativo fase ascendente, intercepta al eje de las abscisas o X (punto de inflexión).
Si estamos finalizando un ciclo de 5.125 años, que es el último de uno mayor de 26.000 años significa que el día 21 de diciembre del 2012 estaremos en el punto de inflexión, en consecuencia, estaríamos comenzando a transitar nuevamente el ciclo primero de un gran ciclo propuesto por el cronometraje maya.
Cada ciclo, se repite con más fuerza que el anterior de acuerdo a los vedas, y si es referido al ser humano, en cada período pierde un 25% de iluminación mental para el mejoramiento de la cultura.
Si bien en la actualidad estaríamos transitando una faceta no muy positiva, los vedas sostienen que estamos pasando por un oasis espiritual de devoción y priorización de la esencia humana a los malos pensamientos, con lo cual se debería esperar un mejor factor humano durante un período de 10.000 años, en consecuencia, para el futuro emergente, no habría riesgo de auto eliminación de nuestra raza, pero…¿realmente sería sí?. Y si esto ocurriera, entonces ¿dónde radicaría el peligro de extinción de todo lo vivo o destrucción del mundo conocido?, ¿en lo terrestre?, ¿o en lo celestial?. En este caso, la expresión la “humanidad se auto extinguirá” ya no sería válida, y que pasaría con nuestro futuro, ¿estaría librado al azar, entendiéndose por esta expresión las leyes de la Física o la relación causa-efecto, al caos o a los designios de un supremo creador?
¿Por qué algunas culturas del pasado apuntaron al año 2012 como fecha crucial para la Humanidad?
Comencemos haciendo un breve resumen de las Civilizaciones.
De entre todos los sistemas de cronometrajes mundiales, el de las culturas mayas y aztecas que sostiene que el mundo ha pasado por 5 generaciones o mundos de 5.125 años cada uno (haciendo un ciclo mayor de 26.000 años, que consiste en el tiempo que la tierra transcurre en su viaje a través de las doce constelaciones del Zodíaco), es el más importante por dos razones:
1.    Indicó que es el más preciso para calcular los ciclos de varios elementos celestes y permitió comprender nuestra relación con el sol, hasta el siglo XX. Esto indica que realmente estos cálculos deben ser tenidos en cuenta por su nivel de confiabilidad, por lo tanto, puede ser tomado como referencia científica.
2.    El ciclo actual es el quinto y último del cronometraje que indica la precisión de los equinoccios (Se denomina equinoccio al momento del año en que el Sol está situado en el plano del ecuador terrestre, donde alcanza el cenit).
La cultura indígena Hopi, norteamericana, cuenta en forma metafórica la historia referida a sus 4 mundos de la siguiente manera:
·         Sobre la destrucción del primer mundo: el pueblo fue salvado de su destrucción por el pueblo hormiga. En este era el elemento destructor fue el fuego.
·         Sobre la destrucción del segundo mundo: fue destruido por la codicia del hombre. En este segundo mundo el elemento verdugo fue el frio.
·         Sobre la destrucción del tercer mundo: fue destruido por el aumento de la población y los deseos de poseer lo ajeno. El elemento nefasto en esta ocasión, el agua.
En el caso del llamado Zodíaco de Dendera, se contempla el pasaje terrestre por las constelaciones para determinar el ciclo del viaje en 25.625 años.
Los vedas, la literatura más antigua de la India, hace referencia a los ciclos con diferentes nombres, pero describiendo períodos de creación y destrucción del mundo a los cuales llamaron ciclos yuga o yugas, cada uno de los cuales tienen diferentes duraciones, sumando en total 12.000 años, a los que llamaron tiempo divino.
Todos los pensamientos de las civilizaciones antes descriptas coinciden en que el último ciclo de cada uno de sus grandes ciclos finaliza con un cataclismo, a partir del cual se “resetearía” o reiniciarían los eventos celestes, terrestres y humanos dando origen a un nuevo gran ciclo.
Si el lector ha visto la película ARMAGEDON, habrá notado que comienza diciendo en su introducción, con referencia al impacto del meteorito que destruyo la vida en la tierra hace millones de años, “paso una vez y volverá a pasar”, la pregunta es ¿Cuándo?.
En la película se muestra un evento celestial, un asteroide que impacta el planeta Tierra, que desencadena eventos terrestres, como terremotos, tsunamis, alteración del clima, etc., y estos a su vez desencadenan en eventos humanos, como la forma de planear un sistema de defensa de la raza de manera mancomunada sin discriminación de ninguna especie, es decir, ante un peligro extremo los seres humanos en sana condición mental, priorizamos la supervivencia, lo cual denota un desplazamiento de los intereses individuales hacia los comunitarios.
En el campo de los eventos terrestres y celestiales, los aspectos astronómicos, astrofísicos y geofísicos son modulados por las leyes de las ciencias exactas, por lo tanto, el ser humano puede ejercer muy poca influencia. Ante este panorama, el hombre solo puede ser observador y asignar una importancia determinada a estos tipos de eventos, de acuerdo a sus creencias, principios, valores y estado psicológico al momento de la espera.
Reflexionando sobre esto, estos eventos ocurrirán inevitablemente por lo que nuestra raza humana estaría en manos del creador (llámese a este bajo el nombre de la creencia que se profese), para aquellas personas espirituales o religiosas, y bajo la influencia de la relación causa-efecto de las leyes de las ciencias exactas, para los científicos.
En opinión del autor de este ensayo, en la actualidad, el avance tecnológico humano es asombroso pero todavía no es lo suficientemente potente para eliminar la amenaza, por ejemplo, del impacto de un cuerpo celeste contra la tierra, ni tratar de controlar las radiaciones solares (eventos celestiales), como así tampoco poder contener la furia de un terremoto de intensidad 9 (evento terrestre), como el ocurrido en Japón en el año 2010.
Konrad Zuse, el científico que desarrollo los ordenadores  modernos, trató de encontrar una nueva explicación al origen y expansión del universo. Se preguntó si el universo funcionaría como el ordenador que él estaba desarrollando.
Para continuar con este punto de vista, pero más en profundidad, Seth Lloyd diseñador del primer ordenador cuántico sostiene: “el universo es un ordenador cuántico que a  medida que produce el cómputo, la realidad se despliega”.
Las semejanzas entre el universo y el computador se hacen obvias al hacer la analogía que los dos utilizan programas y códigos que guían los pasos del desarrollo. Por ende, si somos capaces de entender el código podremos descifrar su funcionamiento y como implementar modificaciones si fueran necesarias.
En la búsqueda de descifrar este código y determinar su origen, es cuando comienza a solaparse el punto de vista científico, espiritual y religioso.
De acuerdo a los científicos, la teoría del Big Bang o teoría de la gran explosión es un modelo científico que trata de explicar el origen del Universo y su desarrollo posterior a partir de una singularidad espaciotemporal (momento anterior a la gran explosión).
El término "Big Bang" se utiliza tanto para referirse específicamente al momento en el que se inició la expansión observable del Universo, como en un sentido más general para referirse al paradigma cosmológico que explica el origen y la evolución del mismo.
Con respecto a este punto, los espirituales o creyentes sostienen que un creador todo poderoso o energía esencial fue quien puso la chispa inicial para que comenzará la gran explosión, desplazando el origen propuesto por la ciencia al campo de lo sobrenatural.
Es en este punto donde todo se vuelve aún más subjetivo.  menos consistente, y comienza a despertar la interpretación espiritual del hombre con respecto a eventos de los cuales se tiene información poco consistente o verificale, ya que el ser humano tiene la necesidad de creer en algo que alimente su espíritu inseguro, en consecuencia temeroso.
El siguiente párrafo es extraído del libro Tiempo Fractal (pag.198): “Las mentes más brillantes de nuestra época coinciden en que el actual agotamiento de los recursos naturales, el crecimiento exponencial de la población, la pobreza mundial y la disputa por los recursos básicos está convergiendo en un cuello de botella en el tiempo”.
Considerando el contenido del párrafo anterior, se puede deducir que se avecinan tiempos difíciles para el hombre debido a eventos humanos y terrestres más no celestiales, que en opinión del autor, son los que mayor daño pueden causar a la raza humana y que podrían llegar inclusive a la destrucción del mundo.
Perece ser que por momentos primara un pensamiento egocentrista del ser humano (al olvidarse que posiblemente no es el único ser evolucionado y que no puede sentirse todopoderoso), que su permanencia en este mundo es efímera y en el universo prácticamente pasa desapercibido.
Aquí es cuando la falta de humildad en aceptar la generosidad de un creador, comienza a generar un sentimiento de autosuficiencia en el hombre, que es la base de la falta de consciencia o unidad con el cosmos.
Como elemento de enfoque del egocentrismo humano y como despertador de consciencia universal, es necesario que el hombre reflexione sobre la pregunta origen de este ensayo:

¿Pueden coincidir los tiempos negativos de cada ciclo, humano, terrestre y celestial en un mismo punto?

El autor de este ensayo piensa que los ciclos pueden llegar a estar en fase y coincidir en el espacio-tiempo. Esto nos llevaría a un punto de la historia que podría ser caótico, si todas las fases de cada ciclo están en su zona negativa o por el contrario, podríamos entrar en una etapa no tan maligna o más positiva si los ciclos están en sus hemiciclos positivos.
En el campo de la física, más específicamente en interferometría, aquellas ondas (ciclos) que se encuentran con otras de fase opuesta, se neutralizan, con lo cual es válido decir por analogía conceptual, que ante una situación de desorden, un poco de orden baja el nivel de riesgo, o sino, ante una mala situación psicológica, otra de mejor perspectiva alivia el dolor (en este punto se relaciona la física con lo psicológico por simple analogía, en donde de forma indirecta entra en juego lo espiritual y las creencias). Por ejemplo, una expresión común que las personas dicen es “el creador nos envió este castigo pero nos da una oportunidad más”, lo mismo en otra frase “Dios aprieta pero no ahorca”, como versa uno de los refranes más populares de américa latina. Todas ellas muestran un comienzo duro más esperanza y alivio al finalizar la frase.
La explicación anterior viene a colación que si fuera posible que los 3 ciclos coincidieran en un punto del espacio tiempo, las consecuencias se verían moduladas por este “efecto interferométrico” (cosas buenas permitirían sobrellevar cosas peores) que generaría mayores o menores   consecuencias celestiales, terrestres y humanas.
En su libro Tiempo Fractal, Braden menciona que de acuerdo a los vedas, la raza humana está en estos momentos pasando un período de 10.000 años de devoción, de una mayor consideración de lo humano y espiritual. De ser así, si los tres ciclos de eventos coincidieran en un punto, y la fase de la evolución humana estuviera en su hemiciclo positivo, no se debería esperar que el hombre, en términos genéricos, fuera el elemento disparador de posibles eventos negativos que pongan en riesgo la existencia de su especie. Sumado a esto, lo dicho por los mayas, que en este cambio de era comenzará un nuevo desarrollo humano basado más en mejores emociones y relaciones, hacen que ver al hombre como elemento destructivo sea casi imposible.
Analicemos ahora que pasaría con la fase del ciclo de eventos celestiales. Aquí dominan las leyes de la física moderna y del espacio, donde las cosas ocurren por causa-efecto o en algunas situaciones caóticamente. En este ámbito el hombre no tiene dominio sobre los eventos, pero si podría, en opinión del autor de este trabajo, en cierta forma alterar un poco el curso de las consecuencias de los mismos. De qué manera lo haría, aplicando el conocimiento de la ciencia humana para protegerla dentro de las posibilidades de nuestro desarrollo evolutivo y tecnológico. Una muestra de esto es el proyecto ruso de crear misiles anti asteroides para tratar de eliminar el riesgo de impacto de estos contra la tierra. Por supuesto por ahora es un proyecto que permite traer esperanzas a los pensamientos negativos sobre la subsistencia de la raza humana.
Considerando lo antes dicho, si el hemiciclo de los eventos celestiales estuviera en su faceta negativa y los seres humanos tuviéramos la tecnología necesaria para tener un sistema de alerta temprana de buena calidad técnica, que nos permita  desarrollar, implementar y montar un plan de defensa o escudo espacial, podríamos esperar un desenlace medianamente destructivo para la raza humana, de lo contrario, el argumento de la película ARMAGEDON O 2012, se hará realidad y allí si posiblemente sea el fin de todo lo viviente o del mismo mundo. Los científicos opinan que una de las causas que podría llevar al mundo a su desaparición, es que un gran agujero negro lo atraiga y desintegre por su inmensa fuerza gravitatoria.
Ahora si comenzamos a analizar el ciclo del evento terrestre, el autor sostiene que todavía no se tiene la suficiente consciencia de la consecuencias (ejemplo de esto fue el tsunami de Japón en el 2010, donde las medidas de diseño de la central nuclear fueron calculadas para una intensidad de 8 puntos, habiendo llegado a 9,2 puntos con efectos perdurables por tiempo prolongado de la radiación emitida al aire por la central nuclear afectada) que puede sufrir la raza humana por su ambición desmedida. En el momento que el hombre perciba la real magnitud del enfado de la naturaleza y decida armonizar su relación con la misma, en ese momento comenzará a focalizarse más en la protección de la raza y no en tratar de acaparar poder enfermiso.
Un punto muy importante en los eventos terrestres es la posible inversión de los campos magnéticos. En opinión del autor, este tema no debería preocupar a los seres humanos. El cambio de posición o inversión polar no se da de manera repentina, de manera tal que es paulatino, y por seguro ocurrirán cambios cuyas consecuencias pueden ser grandes, pero también es cierto que en los últimos 800.000 años la tierra ha cambiado o invertido sus polos magnéticos varias veces, y a pesar de esto el mundo sigue existiendo, eso sí, hubieron de seguro seres humanos que habrán sufrido de alguna forma esos cambios, pero nuestra raza continúa.
Considerando lo anterior, y teniendo en cuenta la inestabilidad riesgosa que nuestra naturaleza está transitando en gran parte como consecuencia del comportamiento humano, podemos esperar que los próximos ciclos sean cada vez más fuerte, como menciona Braden en Tiempo fractal, lo cual nos permite deducir que podría ser causa de un evento catastrófico más no destructivo del mundo.
Greeg Braden en Tiempo Fractal sostiene que nuestros antepasados han dejado documentados los ciclos o mundos para ayudarnos a prevenir el futuro.
En consideración del autor de este trabajo, los conocimientos se registran por la necesidad de mantener la base de conocimientos para hacer ciencia y no volver repetir lo ya descubierto, y no para prevenir a las generaciones predecesoras, como primera finalidad.
La humanidad tiene una historia de egoísmo y de codicia que se mantiene hasta el día de hoy, y que son la causa de una gran cantidad de conflictos. Por esta razón, el autor sostiene que en estas épocas de evolución de la raza humana, la consciencia es mayor que en la antigüedad (debido a que la ciencia ha permitido analizar y comprender la conducta humana) con respecto a los sufrimientos que puede enfrentar la raza humana y ha desarrollado un gran espíritu de colaboración que permite compartir soluciones, esperanzas y generar fe en muchas personas que sufren distintos tipos de afecciones o abusos.
Este comportamiento humano estaría de acuerdo con el punto de vista de los vedas al decir que estamos transitando tiempos de devoción y mayor comprensión.
Los actuales son tiempos en que los científicos buscan conscientemente compartir conocimientos para ayudar a prolongar los años de vida, a mejorar la calidad de vida de enfermos terminales, a trabajar profundamente en la inclusión de las personas con capacidades distintas y en otras áreas más que denotan un mayor nivel de compromiso con la vida, con lo espiritual y por ende con lo religioso, donde la compasión se ve en acciones filantrópicas que todo tipo de personas de distintos estratos sociales están llevando a cabo (ejemplo Bill Gates, la congregación de la Madre Teresa, la gente humilde que abre comedores en sus casas para dar el alimento diario a niños abandonados y el autor desea compartir una experiencia propia, la cual lleva a cabo con niños ciegos de nacimiento buscando mejorar su calidad de vida e inclusión).
Retomando el pensamiento de Braden, con respecto a la actitud de prevención de las culturas más antiguas con respecto a las actuales, concuerdo con este ánimo o fin de registrar conocimientos para ayudar a la humanidad a ser perdurable, pero a partir del lanzamiento de la composición del mapa genético humano y de la década de los 90, llamada la Década del Cerebro, durante la cual todos los laboratorios más grandes del mundo en investigación cerebral se dedicaron a desentrañar los misterios más profundos del cerebro humano, en pos de comprender la conducta del humana y en donde se generó mayor conocimiento en colaboración, que en los 50 últimos años anteriores a la década de los 90.
Con referencia al punto de vista que el universo es un gran computador cuántico, y que su constante funcionamiento genera el universo en constante expansión, en el punto de vista del autor de este ensayo, esta analogía es válida porque todo computador es guiado por un programa.
En el caso del computador universal su programa estaría hecho por un supremo creador o energía esencial, que a la luz de la ciencia respondería a la ley de causa-efecto de las leyes o a la teoría del caós (sistemas dinámicos muy sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales. Pequeñas variaciones en dichas condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro).
¿Cómo percibirían las personas esta posible realidad de la generación del universo y de desaparición del mundo?.
Si hablamos de la realidad, entramos en un campo relativo, si tenemos en cuenta que la decodificación de los hechos que la componen corre por cuenta de cada ser humano, de acuerdo a como ha sido su vida y por otro lado, más relativa se vuelve si se considera el tiempo Planck (tiempo alcanzado a través de experimentos de física cuántica), donde el espacio y el tiempo se vuelven uno, disolviendo así la noción de tiempo y tomando más fuerza la de los eventos y espacio.
En resumen, si no hay tiempo…donde está el pasado, el presente y el futuro….¿se vuelve un continuo?, ¿todo convive al mismo tiempo?, el problema radica en que nuestro cerebro no puede mantener en memoria RAM o de trabajo (analogía entre los computadores y el cerebro) los hechos anteriores, presentes y menos aún predecir el futuro, esto último genera tanta incertidumbre y expectativa que solo se transforma en eso… una expectativa, que en ocasiones y teniendo en cuenta el objetivo que cada ser humano persigue y la necesidad de alcanzarlo por medio de sus fortalezas y debilidades, llega a transformarse en fe.
Es interesante este punto porque podemos deducir que la falta de tiempo se transforma en fe y esperanza. Esto explicaría porque los seres humanos en situaciones  extremas apelamos a lo espiritual y tendemos a transformar problemáticas físicas en acciones divinas, inclusive hasta podemos llegar a entregar nuestra propia vida detrás de alguien que manipula el sentido de la realidad de manera espiritual (haciéndolo como herramienta para manipular los espíritus desorientados o inseguros), que es el pilar de mayor influencia humana en las toma de decisiones.

Conclusión
En este trabajo, se han tratado varios puntos claves con referencia a la posibilidad de la “destrucción del mundo” y que oportunidad de supervivencia de la raza humana podría darse en momentos similares al 21 de diciembre del 2012.
Las culturas antiguas, mayas, vedas, aztecas y hopi, tratadas en el libro Tiempo Fractal de Braden, coinciden en que el cronometraje temporal de cada una se compone de grandes ciclos, los que a su vez los conforman ciclos menores. El último ciclo de todos los cronometrajes finaliza con un cataclismo.
La diferencia esencial entre los cronometrajes es la cantidad de ciclos que componen un gran ciclo, lo que se tratará posteriormente en este texto.
Pudimos analizar que los ciclos de distintas especie pueden llegar a coincidir en un punto, y que la consecuencia de esta combinación depende del estado en el que está la fase de cada una de ellos.
Dentro de esta coincidencia de eventos humanos, terrestres y celestiales se han despejado ciertas dudas o mitos, como ser la inversión de polos, que ya ha ocurrido varias veces a lo largo de 800.000 años y el mundo no ha desaparecido.
Asimismo pudimos ver como el hombre busca cuidar su hábitat desarrollando proyectos majestuosos que desafían la mente humana, al tratar de alterar el rumbo de acontecimiento celestiales, es decir, sus consecuencias, los cuales ocurrirán de seguro, pero no sabemos cuándo y cual será nuestro papel futuro.
Algo fundamental es que este trabajo aporta como algo original como lo es que la falta de tiempo genera fe, esperanza y expectativas, las que a su vez tienen mayor o menor carga emocional de acuerdo a las creencias de cada ser humano, que aporta un grano de arena a la consciencia colectiva sobre las fechas como la del 21 de diciembre del 2012.
En este gran computador cuántico, que es el universo, la supervivencia de la raza humana con respecto a eventos celestiales y terrestres extremos, está en manos de la tecnología y del supremo creador o energía vital, mientras que la capacidad de subsistencia en los eventos humanos está en manos del amor, de la comprensión, de la consciencia, de la solidaridad, elementos que permiten eliminar las inseguridades, las necesidades de creer en algo o alguien para poder seguir, y por último nos permite creer en nosotros mismos y brindar mayor seguridad a nuestras descendencias. Esto repercutirá en generaciones más firmes, más decididas en alcanzar y proteger sus sueños y se volverán más altruistas por mantener nuestra raza, porque el verdadero problema de las “fechas siniestras” para la humanidad, es ¿quién está dispuesto a dejar de existir por fortuitos que estos mundos, ciclos, yugas o eras puedan causar, como precio para que la raza humana perdure?
En la era actual la raza humana está viviendo momentos de bonanza espiritual que hacen que los valores humanos sean los más valorados y prime la devoción y la comprensión, en consecuencia, el hombre no será el causante de su exterminio por los próximos 10.000 años, como sostienen los vedas.
Finalmente, la respuesta a la pregunta original ¿Qué ocurriría si los ciclos de los eventos humanos, terrestres y celestiales coincidieran en un punto del espacio-tiempo?, es la siguiente: Viva con plenitud, sea un buen ser humano, eduque a su descendencia con valores y  viva en amor y paz, porque de esta forma usted contribuirá a que el hombre no se autodestruya.
En el caso de eventos terrestres, ocurrirán tal vez con mayor intensidad y posiblemente la tecnología humana nos permita generar alertas tempranas más efectivas para salvar vidas humanas, aunque el costo de estos eventos será en vidas; y por último, que desaparezca el mundo no será culpa de nuestra raza, sino, posiblemente de la ruptura del equilibrio constante que debe existir en el universo, y si eso es así, ocurrirá indefectiblemente y las posibilidades de supervivencia de la raza humana dependerán de la capacidad de generar colonias en otros planetas habitables, pero no es fácil entrenar la mente humana para vivir en otro hábitat desconocido, como lo demostró el experimento biosfera II de La Nasa.

SEA FELIZ  Y VIVA POR UN LEGADO